lunes, 15 de septiembre de 2008

Convención Demócrata 2008 (Parte III)

jueves, 11 de septiembre de 2008

Convención Demócrata 2008 (Parte II)

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Convención Demócrata- Análisis

viernes, 15 de agosto de 2008

Buenas Noches con Silverio (27-Jul-08) - Parte 2

Segunda pare del análisis electoral sobre la contienda después del 25 y el 27 de julio.

Buenas Noches con Silverio (27-Jul-08) - Parte 1

Panel de análisis con Silverio Pérez sobre el estado de la contienda electoral luego del 25 y 27 de julio. Participan junto a mi Luis Pabón Roca y Carlos Díaz Olivo.

miércoles, 13 de agosto de 2008

El carácter es determinante

El diccionario de la Real Academia Española define carácter como el “conjunto de cualidades propias de una persona, que la distingue por su modo de ser u obrar”. Y añade: “fuerza y elevación natural de alguien, firmeza, energía”. Quiere decir, que cuándo nos referimos al carácter de una persona no sólo hablamos de sus rasgos distintivos, sino también de la fuerza de su personalidad. En política, el carácter constituye el elemento fundamental a la hora de que los electores pasemos juicio sobre los que gobiernan o aspiran a gobernar. De la evaluación que hacemos los ciudadanos del carácter de una persona pública depende el elemento clave que a fin de cuentas nos inclina a favorecer tal o cuál candidato: la credibilidad. Por eso, los juicios de carácter son objeto necesario de las campañas de los partidos y sus adversarios.

El encuentro entre Aníbal Acevedo Vilá y Luis Fortuño, para discutir las llamadas propuestas de alivio contributivo, no sólo fue una primera ocasión para verles sumergidos en el toma y dame propio de una campaña que ya entró en su último trimestre. Fue también ocasión oportuna para medir esa fuerza, firmeza y energía que la Real Academia define como carácter.

Parto de la irónica realidad de que después de tres años y medio de entorpecerse mutuamente con estrategias y ardides para imponer su idea de reforma contributiva, ambos partidos han decidido que es importante dilucidar tan complejo tema en los últimos tres meses del cuatrienio, cuándo ya nadie espera que se haga más de lo que hasta ahora no han hecho. Vale también decir que la política impositiva aprobada en 2006, es el resultado de la propuesta programática del PNP en 2004, para imponer un IVU que nos acercara al modelo contributivo de la estadidad. No dieron paso a ninguna propuesta alternativa presentada por el Ejecutivo, quién guiado por los cantos de sirena de la bonanza fiscal que traería el IVU, terminó en contra de su propia promesa, defendiéndolo en los tribunales. Aunque, en justicia habría que reconocer que el Gobernador hizo lo posible por llegar a un consenso con la Legislatura PNP con la que comparte el gobierno.

Así las cosas, tras la propuesta de Luis Fortuño para reintegrar el pago de contribuciones a los individuos que devenguen menos de 20 mil dólares, y de una contrapropuesta Popular para eximir a los que ganen menos de 30 mil dólares de la obligación de rendir planillas, el asunto ha pasado a ocupar lugar preferente en la discusión política preelectoral. Fortuño retó al Gobernador a convocar una sesión extraordinaria para considerar su propuesta, a lo que Aníbal respondió invitándolo a reunirse para discutir ambas propuestas y lograr un consenso. Fortuño se negó.

La cadena Noti Uno aprovechó la oportunidad para invitar a ambos candidatos a discutir en público sus propuestas y allí ocurrió el encuentro que nos permitió aquilatar su carácter. El Gobernador, rezagado en las encuestas, aceptó la invitación rápidamente intuyendo que sería una buena oportunidad para lucir bien ante el favorito, dada su reconocida sagacidad y experiencia. El Comisionado, sabiendo que no podía seguir aplazando un inevitable enfrentamiento, intentó sin éxito reproducir el legendario encuentro entre Rafael Hernández Colón y Baltasar Corrada del Río en 1988, en que el entonces Gobernador sorprendió a su contrincante llegando tarde al debate y confrontándolo con la inmortalizada frase “eche pa’lante.” Baltasar no pudo echar pa’lante y aquél debate se convirtió en el principio del fin de su candidatura.

Pero, ni Luis Fortuño es Rafael Hernández Colón, ni Aníbal Acevedo Vilá es Baltasar Corrada del Río. La llegada de Fortuño 20 minutos tarde y sin confirmar su asistencia, no tuvo el efecto esperado de confundir al Gobernador. Por el contrario, Acevedo Vilá lució mucho más agresivo cuándo tuvo al Comisionado ante sí. Intuitivamente, el Gobernador acaparó la palabra reduciendo al Comisionado a quejarse continuamente ante los moderadores, quienes le recordaban que eso le pasaba por llegar tarde. El resto del debate fue un intenso toma y dame del que Fortuño salió cediendo al pedido del Gobernador de que antes de convocar una sesión extraordinaria, la Cámara de Representantes debía realizar vistas públicas sobre las dos propuestas, mientras Acevedo Vilá aceptaba la propuesta del Comisionado para que un grupo de peritos trabajen una propuesta de consenso. Ese primer enfrentamiento sin duda lo ganó Acevedo Vilá.

Una vez fijado el acuerdo comenzó un aprieta y afloja dentro del liderato PNP, tratando de mover sus fichas para sacar a su candidato de la encerrona acordada. El Presidente de la Cámara no encontró buena la idea de convocar vistas públicas y a sólo horas del mencionado acuerdo, salía Luis Fortuño a repetir una serie de excusas sin fundamento, que inclusive daban al traste con el reglamento aprobado por la mayoría PNP en la Cámara al principio del cuatrienio. Un día más tarde, luego de evaluar lo sucedido, el Presidente de la Cámara anunciaba que convocaría a sesión extraordinaria del Cuerpo para referir ambos proyectos a comisión. Lo ocurrido en dicha extraordinaria, --aunque no relacionado al asunto contributivo-- rompe todos los moldes en cuánto a falta de decoro e intransigencia.

Esta comedia de errores tiene un efecto adverso para la campaña de Fortuño. Su triunfo en las primarias de marzo, le había permitido ganar galones de candidato independiente de Rosselló y sus leales. Pero lo que el País vio la semana pasada levanta natural duda sobre el carácter de Luis Fortuño para lograr que el liderato legislativo que le acompaña en la papeleta, suscriba los compromisos que hace como candidato.

Gobernar a Puerto Rico es cada vez más complejo y requiere mucha fuerza de carácter. Aún con las acusaciones que enfrenta el Gobernador y las encuestas que descartan su reelección como imposible, nadie tiene duda de su control sobre las acciones y posturas del PPD. Si el electorado puertorriqueño continúa percibiendo lo que sucede en el PNP como debilidad del carácter de su nuevo líder, en los tres meses restantes podría evaporarse la tan asumida ventaja de los azules.

jueves, 17 de julio de 2008

PetroCaribe y Puerto Rico

Entrevista sobre las conversaciones de Puerto Rico y Venezuela para la compra de combustible por el gobierno del ELA.

sábado, 12 de julio de 2008

Asamblea PPD-Puerto Rico

Mi análisis sobre la Asamblea delPartido Popular del 27 de abril.

viernes, 27 de junio de 2008

La oferta programática: ¿temporada de gatos o liebres?

Ha comenzado el verano; y con este nos llega el “período duro” de la campaña electoral. A partir de ahora se intensificarán caminatas, caravanas, reuniones políticas, anuncios en los medios de comunicación y; en un país que va despertando al activismo político que se da fuera de los partidos, comienzan a aflorar propuestas de reformas y políticas públicas de los grupos de interés que ahora llamamos sociedad civil. Les propongo echar un vistazo al estado de cosas en momentos en que los electores debemos prepararnos para evaluar hacia dónde debe dirigirse el País.

De la coreografiada asamblea de abril el PPD salió con varios ingredientes para una agenda política. El hábil Gobernador encomendó nada menos que a uno de sus críticos más acérrimos, William Miranda Marín, la responsabilidad de dotar a ese partido de un programa de gobierno para así poner la acción dónde hasta ahora el líder criollo había puesto con gran eficacia su palabra. Se trata de una oportunidad formidable, para sacar los programas de gobierno la justificada indiferencia con la que los miramos los electores.

El partido de Puerta de Tierra, por no ser el favorito para los próximos comicios tiene ante si un gran reto. De los instrumentos a su disposición, el programa de gobierno resulta mejor para cautivar la imaginación de un pueblo que no le concede mucha credibilidad a sus partidos, y mucho menos al más antiguo, después de ocho años de desenfoque y escaso tino para proveer soluciones a los males colectivos. El grupo de Willie va dando muestras de entender el momento que enfrenta el PPD, descorriendo el velo a propuestas arriesgadas que bien valen la discusión que generan.

Aunque el pronóstico será siempre reservado ante la omnipresente amenaza de las firmas publicitarias que todo lo alisan, se sienten vientos refrescantes desde Caguas. La medicación de las drogas, la verdadera regionalización y optimización de los servicios públicos, la eliminación de los abusivos privilegios legislativos y el compromiso con una promisoria, pero no gratuita autonomía municipal, son algunas de las propuestas que parecen estar bajo consideración. Pero, falta mucho todavía para convertir la propuesta del PPD en justificación para renovarle el mandato. La independencia del curul cagüeño, sin embargo, es buen augurio para el esfuerzo. Después de todo, lo peor que puede pasarles es la esperada derrota.

En el PNP la circunstancias son otras. Los esfuerzos entorpecedores de una Legislatura unificada tras la derrota de Rosselló, han convencido a Luis Fortuño de que la mejor estrategia es el silencio. Si cómo predicen las encuestas, nada puede detener su triunfo, entonces: ¿para qué aventurarse a que conozcamos lo que piensa?, Es mejor concentrarse en lo mal que nos va económicamente con Acevedo Vilá, parecen pensar los estrategas penepés --aunque la mitad de la responsabilidad la tengan Cámara y Senado PNP, para así vender una ilusión de cambio que sólo necesita la definición que cada elector le adscriba.

Al silencio de Fortuño se unen los pujos de una Legislatura, que se sabe a sí misma el más pesado lastre de los azules. Ante la desesperada situación que enfrenta la decreciente clase media, lo mejor que ha podido producir la camarilla del Capitolio es: la posposición de los aumentos automáticos de salario y dietas exentas que se habían aprobado para el próximo cuatrienio. Entonces, ¿cómo va Cristóbal Colón –de mayor audacia que el genovés— a costear su cambio de ajuar cada seis meses? Para eso mejor regresar a la agricultura, que tanto deja y para la que no hay que demostrar tanto ingenio. ¿Y Fortuño? bien, gracias.

Mientras, el Colegio de Contadores Públicos Autorizados ha dado a conocer una extensa propuesta para una reforma gubernamental. De esta hay dos recomendaciones que merecen análisis, pues para muestra un botón basta. Primero, proponen eliminar la Oficina de Comunidades Especiales y transferir sus funciones a los municipios pues la Ley de Municipios Autónomos los faculta para canalizar la colaboración y participación directa de los ciudadanos. Omite el Colegio en su análisis, que la Ley de Comunidades Especiales no existe meramente para desarrollar un mecanismo de participación comunitaria, aunque esto es importante.

La iniciativa de Comunidades Especiales representa el esfuerzo más abarcador, desde el gobierno de Don Luis Muñoz Marín, por enfrentar el apremiante problema de la pobreza en un País donde más de la mitad de su fuerza trabajadora está desempleada o subempleada y la economía registra una alta dependencia de las ayudas federales. Esa batalla contra la pobreza y la dependencia no la pueden dar todos los muncipios, a pesar de las facultades que les otorga la mencionada ley.

Proponen además, desmantelar el sistema de la Universidad de Puerto Rico como medida para resolver la falta de eficacia del actual liderato universitario, arropado por la mediocridad y la complacencia. Para sacar la Universidad de este marasmo no se requiere fraccionarla en pequeños feudos regionales, se requiere la voluntad política que le ha faltado a los síndicos por la pasada década.

Este espejismo comprensible, pero injustificable, encierra además una agenda perversa contra la universidad del Estado. Proponen los contadores un peligroso juego de suma cero que eliminaría el subsidio público a la UPR, dando ese dinero a cada estudiante para que acuda a la institución que desee, llevando a la UPR a cobrar lo que llaman “precios de mercado” por su oferta académica. Todo para proveer un nicho competitivo a las universidades privadas. La miopía contable hace omitir a los CPA que la UPR tiene una misión mucho más loable que la de proveer educación a precios de mercado. La UPR, como cualquier universidad pública, es fundamental para el desarrollo económico, cívico, intelectual y social de Puerto Rico. Como tal, requiere la inversión del Estado para hacerla un aventajado instrumento de la excelencia a la que aspiramos colectivamente.

Así las cosas amigos lectores, comiencen a pedir explicaciones y hagan de su voto capital de alto valor, pues ya comienza la temporada en que nos tratan de vender gato por liebre.

martes, 3 de junio de 2008

CNN - Clinton vs. Obama en Puerto Rico

Reportaje de CNN Español sobre las primarias demócratas en Puerto Rico. Incluye el análisis de Ángel Rosa.

sábado, 31 de mayo de 2008

Encuesta El Nuevo Día y Primaria Demócrata

Ángel Rosa analiza la encuesta de El Nuevo Día y la primaria demócrata de Puerto Rico.

viernes, 30 de mayo de 2008

Purificaciones semánticas y soberanía

La última vez que hice uso de este espacio fue en vísperas de aquel 27 de marzo que de una forma u otra será definitorio en nuestro destino. Entonces se vislumbraba una contienda electoral muy parecida a tantas otras. Un Gobernador muy debilitado intentaría la reelección frente al discurso de cambio de su recientemente escogido contrincante. Pero los funcionarios federales de turno tenían preparada una variable que le cambiaría el rumbo a las campañas de ambos partidos. Con toda intención, quise esperar la disminución de la estática del momento para hacer una evaluación ecuánime de lo que está sucediendo.

Cuando todo parecía venirse abajo para Aníbal Acevedo Vilá en sus aspiraciones a continuar gobernando el País, el avezado político que es, pidió tiempo al Partido Popular para ponderar el futuro de ambos. Un mes después, concluido un cauteloso proceso de consolidación de su liderazgo, el Gobernador convocó a la Asamblea General del PPD y les explicó por qué las acusaciones en su contra en realidad ponen de manifiesto los menguados poderes del Estado Libre Asociado, para conducir por camino de dignidad el desarrollo de Puerto Rico.

De nada sirvieron los “consejos” de la Asociación de Alcaldes y las objeciones del más acendrado rafaelismo. La asamblea lo aclamó enardecida y Aníbal Acevedo Vilá demostró una vez más por qué el suyo es el mejor instinto político de los últimos 20 años. En ese mes de reflexión el Gobernador fue avanzando por un espacio hasta entonces intocable y temido por su partido. Su olfato de superviviente subestimado le ayudó a descubrir que ante la falta de consenso que nos aniquila después del tiempo de las supermayorías muñocistas, era el momento para intentar el camuflaje del status.

Sostengo que lo que sucedió en el Coliseo Agrelot constituye un acto trascendental en la historia del PPD. Se trata de proveerle al partido una agenda de la que carece hace décadas. Los que fuimos a la Asamblea esperando escuchar una justificación de la viabilidad política del gobernante acusado, salimos con el adelanto de toda una agenda para un partido, mejor dicho, para un país cuyo destino según el Gobernador, es igual al suyo. Dentro de ese eje de partido-pueblo y gobernante-destino, el Gobernador anunció que era hora de luchar por la agenda inconclusa de Muñoz. Con la anuencia de la vieja y la nueva guardia popular y en la algarabía de una asamblea general, Aníbal habló de soberanía.

Tres semanas después, el Comité de Status del PPD ha develado la definición de lo que han bautizado como el Estado Libre Asociado Soberano. El ELA Soberano, parte de dos postulados principales: 1) la soberanía inherente de los pueblos sobre su destino y, 2) el vínculo de la ciudadanía americana. Hasta ahí la lógica es irrefutable. Una vez definidos los linderos, la Comisión intentó conjugarlos para construir un discurso político. La más abarcadora conjugación reza: “…se dispone el alcance de los poderes jurisdiccionales que el pueblo de Puerto Rico autoriza dejar en manos de los Estados Unidos y retiene los restantes poderes o autoridades jurisdiccionales. Lo esencial es que bajo esa premisa, las competencias gubernamentales que Estados Unidos ejerza en Puerto Rico surgen por el consentimiento específico y no genérico del pueblo de Puerto Rico.”

De lo anterior surgen dos conclusiones inescapables. 1) En 1952, el Pueblo de Puerto Rico no dio su consentimiento específico a los términos del ELA; es decir, el ejercicio de 1950 no fue uno de libre determinación. 2) La agenda futura será abrir negociaciones para definir las áreas jurisdiccionales del nuevo pacto sobre las que el pueblo tendrá que dar su consentimiento específico. Todo dentro del vínculo no negociable de la ciudadanía norteamericana. Lo primero es verdaderamente revolucionario pues representa un giro de 180 grados al discurso tradicional del PPD. Lo segundo no se podrá lograr sin la voluntad y compromiso de quienes gobiernen los Estados Unidos de América a partir de 2009. Por ahora no existe ese compromiso.

El PPD debe estar consiente de que este lenguaje no se puede despachar meramente cómo un asunto de claridad y semántica que se quedó sin trabajar en 1952. Más bien pareciera que se busca redefinir el Estado Libre Asociado hacia un pacto de libre asociación. Cómo era de esperarse, para los detractores del PPD esto no es autonomía, sino soberanía nacional y se preparan para una nueva ronda de miedo. Por otro lado, a muchos estadolibristas les parece que si fuese un asunto sobre la semántica del ’52 bastaría con notificar al Congreso, luego de una Asamblea Constitucional de Status, que el pueblo de Puerto Rico en el ejercicio de su poder y dentro del convenio contraído, desea revisar los poderes delegados y los retenidos, a fin de servir los mejores intereses de ambos pueblos.

Sospecho sin embargo, que la intención de lo aprobado por el Comité de Status del PPD no tiene diferencia alguna con la reducción argumentativa de la oración anterior. El problema es que la nueva definición parece igual de confusa que lo que intenta aclarar. Lo mismo dice una cosa que la otra. Puede que se esté buscando el voto independentista y por eso se prescinde de la retórica de unión permanente. Pero la semántica resulta importante, porque de ella dependerá que los populares que no quieren que se ponga en riesgo el concepto de unión permanente, encuentren espacio dentro de su partido.

Sería el colmo que después de dos décadas de inercia ideológica, a 50 años de las supermayorías muñocistas, el PPD termine con una necesaria agenda de status y sin un pueblo que la respalde y la convierta en mayoría. Por lo pronto, hace falta contenido ideológico que se traduzca en mensaje sencillo para todos los estadolibristas. Después de todo, se trata de un partido centrista que hasta ahora se ha definido contrario a la independencia y a la estadidad. Quizás esto tenga un efecto purificador, aunque electoralmente arriesgado por confuso. Puede que sea la semántica.

jueves, 20 de marzo de 2008

Cambio, carácter y credibilidad: los próximos siete meses

El análisis político, así como cualquier otro ejercicio del conocimiento, parte de la combinación adecuada de datos precisos, detalles históricos y sentido común. Hace varios meses, confrontado ante la pregunta de un grupo de mis estudiantes sobre quién ganaría la primaria a la gobernación del PNP, contesté sin vacilar que Luis Fortuño. Era evidente que Fortuño combinaba varias cualidades que le hacían ganador: cara nueva ante el desgaste de Pedro Rosselló, un discurso de cambio, el respaldo de alcaldes y líderes poderosos, la confabulación de la maquinaria rossellista en su contra y el hambre de triunfo del PNP.

Desde el principio Luis Fortuño tenía las de ganar y hay que decir que su comportamiento como candidato fue ejemplar. Se mantuvo enfocado en su discurso de cambio y esperanza. Atacó con la fuerza necesaria cuándo era seguro hacerlo y dio la impresión desde el comienzo de una extraña fragilidad que los electores PNP en busca de cambio, con la ayuda de los medios, convirtieron en apoyo contundente.

Además, de que el respaldo es amplio en casi todos los sectores que forman en PNP, Fortuño sabe que existe en el país un cúmulo de frustraciones contra nuestra clase política en un electorado hastiado del tranque del gobierno dividido. Esta es la clave para atraer votantes de afuera del PNP, que son necesarios para ganar en noviembre. Por eso, valiéndose del efectivo argumento de la alianza PPD-separatista y del discurso esperanzador de que “esto tiene que cambiar”, apeló con éxito a los votos populares algunos de los cuáles acudieron a esa primaria para asegurase una puerta abierta en las elecciones. En esto también le ayudó el inmenso deseo dentro y fuera de su partido de retirar a Pedro Rosselló. El resultado fue lo que desde un principio era obvio: una fácil victoria del Comisionado Residente.

No debe desatenderse pues, el alcance de la poderosa retórica del cambio. Fortuño no ha dicho y no es necesario que diga en qué consiste el cambio. Cambio es un elemento subjetivo que le permite a cada individuo definirlo de acuerdo a sus circunstancias y necesidades. Por eso, cuándo se utiliza para capturar la imaginación de los electores, resulta más importante describir las condiciones prevalecientes y lograr una conciencia colectiva de ellas. Es decir, hay que crear el convencimiento de que todo está mal y sólo existe una esperanza -un candidato- para cambiarlo. Esto es, el cambio por el cambio mismo.

Pero la retórica del cambio no será suficiente para un triunfo de Fortuño. Ahora comienza la verdadera lucha. El gobernador Aníbal Acevedo Vilá en una muestra suficiente de carácter afrontó a los que por lo bajo comentan que es tiempo de quitarse y dejó claro que peleará hasta el final. Cuatro años de gobierno dividido, una investigación federal en su contra, una recesión económica como consecuencia de los altos precios del petróleo, desatinos decisionales como el IVU, un gabinete poco productivo y una reforma gubernamental natimuerta; son parte del balance con que el Gobernador tendrá que comparecer ante el electorado. Cualquiera en situaciones normales utilizaría el espejismo de la primaria para adjudicar la contienda desde ahora. Sin embargo, la historia y el sentido común indican que Luis Fortuño tiene ante sí una contienda y un contendor formidables.

Haciendo gala de su conocida habilidad estratégica el gobernador Acevedo Vilá ha recogido la retórica del cambio y la ha devuelto escudándose con el argumento de que en estos cuatro años el gobierno dividido no le ha permitido traducir en realidad su agenda de gobierno. Así pues, el incumbente ha terminado prometiendo “cambio verdadero”. Por otra parte, ha enfrentado el descontento contra la imposición del IVU -que él prometió nunca implantar y luego terminó defendiendo en los tribunales- con una muy arriesgada estrategia que propone la derogación de la parte del impuesto correspondiente al Gobierno Central (4%).

Esta propuesta, a pesar de no encontrar eco en casi ningún sector de opinión, constituye -junto al anuncio de aumentos para maestros, policías, empleados bajo negociación de la Ley 45 y jubilados- el mensaje central de la campaña que el PPD presentará a la clase media para tratar de recuperar su apoyo. No será fácil, pero el Gobernador sabe que en Puerto Rico inclusive los pobres se identifican como clase media, siendo ésta última el sector más oprimido de nuestro modelo contributivo. Una propuesta de alivio sustancial a la clase media puede significar el elemento que incline la balanza del creciente grupo de electores no afiliados o desencantados que flotan en la periferia de nuestros partidos políticos.

Pero estas estrategias en realidad dependerán de un segundo factor que está menos relacionado con la racionalidad a la que nos tienen acostumbrados los analistas, economistas y gurús que pueblan nuestros medios de comunicación. Todo dependerá de una variable mucho más elemental: la credibilidad. Las encuestas, sondeos y grupos focales que en los próximos meses realice el PPD, deberán enfocarse en una cuestión fundamental: ¿tiene el Gobernador el suficiente caudal político cómo para hacer frente a la retórica del cambio? En otras palabras, ¿cree la pluralidad de los electores en lo que les dice el Gobernador? Si la respuesta es si -y eso lo deben saber los directivos del PPD que constantemente auscultan el sentir de los electores- entonces Luis Fortuño podría llevarse una sorpresa en noviembre. Si por el contrario la respuesta es negativa, deben los populares medir la posibilidad de recuperar esa credibilidad antes de los comicios.

Aníbal Acevedo Vilá es un gran político y su instintos están entre los más refinados de nuestra historia política reciente. El Gobernador sabe que la viabilidad de una carrera política se reduce a carácter y credibilidad. De lo primero el País sabe que su Gobernador no adolece. En cuanto a lo segundo, debe el PPD hacer en las próximas semanas una evaluación racional, científica y calculada, que les permita hacer un papel tan decoroso como patriótico en noviembre de 2008.

viernes, 18 de enero de 2008

No se debe enmendar la Constitución para hacer de la salud un derecho

Por: José M. Saldaña Ex-Presidente de la Universidad de Puerto Rico

En Puerto Rico nos hemos situado en el extremo de los derechos dejando a un lado las responsabilidades. Esto es así a tal grado que en el discurso político se considera contraproducente y hasta políticamente incorrecto enfatizar en las responsabilidades. Constantemente escuchamos a muchos de nuestros conciudadanos exigiendo del gobierno servicios que los consideran derechos cuando la realidad es que no lo son.

¿Es la salud un derecho? Este es un asunto que ha estado en discusión y debate por mucho tiempo. La contestación a esta pregunta esta condicionada por la visión que se tiene del individuo y su papel en la sociedad.

Para nuestra cultura occidental no es hasta los siglos 16 y 17 que los filósofos Europeos- principalmente John Locke -desarrolló el concepto de que las personas poseen ciertos derechos por el solo hecho o la virtud de ser humano.

En el siglo 18 ocurrieron en los Estados Unidos y Francia dos revoluciones que adoptaron los conceptos de derechos humanos postulados por Locke; La declaración de Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa. El documento de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, del 4 de julio de 1776 declara que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por el creador con ciertos derechos inalienables entre los cuales se incluye el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.

La Carta de Derechos que se redacta por James Madison en 1789 constituye las primeras diez enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos. Este documento que entra en vigor en 1791 limita los poderes del gobierno federal y establece y garantiza los derechos de todos los ciudadanos. Estos son libertad de expresión, de prensa, religión, el derecho de tener y usar armas, libertad de reunión, libertad de ser registrado, de ser sometido a castigo cruel e inusitado y el derecho a no auto incriminarse. En
ningún lugar aparece el derecho a la salud. Ni en la Constitución de los Estados Unidos, ni en la Carta de Derechos se establece la salud como un derecho. De igual manera ocurre con la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico aprobada en 1952.

No es sino hasta mediados del siglo 20 que el derecho a la salud se afirma por primera vez a nivel internacional en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre adoptada por La Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. En el artículo 25 de este documento se señala que todos tenemos el derecho a un estándar de vida adecuado para la salud y el bienestar propio y de su familia. El Preámbulo de la constitución de la OMS afirma que es uno de los derechos fundamentales de cada ser humano “disfrutar del mayor estado de salud alcanzable”. Posteriormente en el 1966 la ONU expandió respecto al derecho a la salud específicamente, reclamando para que se proveyera para la reducción de la mortalidad infantil y para el desarrollo saludable del niño; el mejoramiento de todos los aspectos de salud ambiental e higiene industrial; la prevención , tratamiento y control de condiciones epidémicas, endémicas, ocupacionales así como para la creación de las condiciones que garanticen para todos atención y servicios médicos en la eventualidad de enfermarse.

Como vemos el “derecho a la salud” lo que constituye es derecho a disponibilidad y acceso a los mejores servicios que la ciencia y la tecnología existente y el Estado tengan disponibles de acuerdo a su realidad fiscal y de recursos humanos. Incluye además disponibilidad y acceso a servicios preventivos, de saneamiento del ambiente así como a salud mental y ocupacional.

Asumir que hay un derecho a la salud o a ser saludable presupone que existe en la sociedad un suplido de salud guardado que el Estado les puede proveer a los individuos según se requiera o demande por ellos. La salud de un individuo esta condicionada por una serie de determinantes algunas de las cuales están fuera del control del individuo y de la sociedad. Nacemos con unos genes y en un ambiente que en gran medida determinan cuan saludables seremos. Estas variables se pueden modificar pero no cambiar sustancialmente. Existe un consenso entre la gran mayoría de los salubristas de que el Estado puede proteger al individuo de muchos males, pero el cultivo de la salud, es mayormente un asunto individual. El individuo tiene la prerrogativa y libertad de fumar o no, de ingerir o no licor en exceso, de comer en exceso sustancias de pobre valor nutricional e incurrir en obesidad, de hacer o no hacer ejercicio en fin, de incurrir en estilos de vida que representan riesgos para la salud.

Uno de los grandes retos de todos los tiempos ha sido encontrar el balance adecuado entre la responsabilidad individual y la responsabilidad colectiva o social. De acuerdo a Víctor Fuchs Si enfatizamos mucho lo primero nos acercamos a vivir en la jungla – con toda la libertad posible pero también con toda la inseguridad característica de la jungla. Si por el contrario sobre enfatizamos lo segundo – la responsabilidad colectiva- adquirimos seguridad pero puede ser la seguridad que existe en el zoológico; seguridad lograda a expensas de la libertad.

Durante todo el siglo 19 en los EU se idealizo el concepto de responsabilidad individual. Se dejo al individuo a su suerte “laissez faire”. Se llegó al extremo de rehusar admitir que la sociedad tenía alguna responsabilidad por las causas de los males individuales. Hubo gran progreso pero también grandes injusticias e inequidades que era necesario corregir. Durante el siglo 20- tratando de corregir esas injusticias e inequidades- el péndulo se movió para el lado contrario- la responsabilidad colectiva. Llegándose por amplios sectores intelectuales al extremo de rehusar admitir que el individuo tiene responsabilidad alguna por las causas de sus males. La sociedad para ellos es la causante de los males del individuo, eximiéndose a este por responsabilidad alguna respecto a su condición.

En nuestro país ya llego el momento en que tiremos la línea. Es de la mayor urgencia para la convivencia social y para nuestro desarrollo socioeconómico, lograr el balance adecuado entre la responsabilidad individual y la colectiva.

Si no enfatizamos en el concepto de responsabilidad individual, no hay sistema de servicios de salud que pueda ser costeado con personas que irresponsablemente incurren en estilos de vida que eventualmente resultan en condiciones desastrosas para su salud. Estas van a requerir las más costosas tecnologías en las instalaciones más costosas por el mayor número de tiempo. No hay país que pueda absorber los costos de la irresponsabilidad individual ni en la salud ni en la educación. Tampoco es justo pretender que una minoría que contribuye al erario 34% contribuya aun más a los servicios de salud de un 66% si este grupo por su irresponsabilidad los encarece.

Enmendar nuestra Constitución para hacer de la salud un derecho lo que haría sería crear en el país una mayor expectativa de que la responsabilidad por la salud no es asunto de la persona sino del Estado. Esto con el concebido incremento en la dependencia y el menoscabo de la responsabilidad ciudadana.

jueves, 17 de enero de 2008

De alianzas y otras malignidades separatistas

Luis Fortuño está preocupado. Según el precandidato PNP a Gobernador, el Partido Popular Democrático cuaja una alianza perversa para llevar Puerto Rico por la ruta de la soberanía y la separación. Tamaño comienzo para una campaña de medios a dos meses de las primarias. En los albores del siglo XXI, cuándo cualquiera hubiese pensado que ciertos discursos y estilos estaban extintos en nuestro debate político, el Comisionado Resiente ha revivido el fantasma de la independencia por la cocina de los viejos republicanos de García Méndez. Todo esto ante el efecto que ha tenido el “silencio” de Pedro Rosselló como elemento de control en el debate primarista.

¿De qué trata la maligna sociedad PPD-separatista denunciada por Fortuño? Según nos cuenta en un muy sagaz comercial televisivo, el PPD y el gobernador Acevedo Vilá se traen una jugarreta con los sectores “separatistas” para rechazar todo lo que sea norteamericano y así alejarnos del camino de la unión permanente, únicamente posible bajo la estadidad. Mientras nos inculca el terror de su mensaje, nos presenta visuales de las más álgidas protestas que se han suscitado durante este cuatrienio.

Fortuño no ha logrado establecerse dentro de su partido cómo el portaestandarte de la estadidad federada. Aún los más benévolos sondeos indican que el corazón del rollo del PNP, reconoce y considera cómo primera fortaleza de Pedro Rosselló su denodada entrega a la causa anexionista. Así que, ante un presidente del PNP que no se expresa directamente sobre casi ningún asunto y que no escatima en utilizar la maquinaria a su disposición para sacar ventaja individual, Fortuño ha recurrido al miedo.

No es nuevo el uso del miedo cómo herramienta poderosa en nuestra política. Recordemos las denuncias del PNP a finales de la década de 1970, sobre una supuesta conspiración separatista entre Rafael Hernández Colón y el gobierno comunista de Cuba. Llegaron hasta el punto de denunciar transmisiones de la radio oficial cubana a favor de los populares. Luego en 1988, Baltasar Corrada del Río utilizó la imagen televisiva de la bandera norteamericana arriada, mientras se escuchaba el toque de queda, para denunciar las supuestas intensiones separatistas de Hernández Colón y los favorecedores de la república asociada. El efecto fue tal que lograron convertir una ventaja de casi 75 mil votos en una de 50 mil.

El PPD también ha usado el miedo. Recordemos el uso de los impuestos federales bajo la estadidad cómo herramienta más fuerte contra esa fórmula de estatus. En 2004, la herramienta de miedo de los populares fue el impuesto sobre las ventas y funcionó. Sólo, que la historia se encargará de adscribirle al PPD la mitad de la responsabilidad por el IVU.

Fortuño necesita del miedo. Con su nuevo discurso ha perdido la oportunidad de hacerle propuestas serias y contundentes al País. El silencio de Rosselló lo tiene haciendo comentarios y propuestas inconsecuentes. Peor aún, nadie piensa que Fortuño significa estadidad. Esta nueva vertiente en su campaña está dirigida por tanto, no sólo a penepés y defensores de la estadidad sino a los populares conservadores –que son muchos- a los que ha venido cortejando, cómo si fueran necesarios para poder ganar su primaria.

Mientras, el PPD languidece sin un proyecto ideológico definido. El partido del estado libre asociado, pareciera que ya no sabe defenderlo. Hablan de autonomía cómo si se tratase de algo en el abstracto y han perdido la oportunidad de desarrollar un proyecto de educación ideológica para líderes y nuevas generaciones. El colmo lo plantean los independentistas que militan en el PPD que a falta de un proyecto electoral viable para su ideal pretenden utilizar la fuerza del viejo partido de Muñoz para defenderlo. ¡Hasta un alcalde popular se ha proclamado independentista! Otros no son tan directos, pero siendo líderes del partido estadolibrista, no tienen nada bueno que decir del ELA. La inercia ideológica del PPD es el alimento de la demagogia fortuñista. No se duerma el partido de Puerta de Tierra que en Puerto Rico el miedo, aunque nefasto para la psiquis colectiva, funciona.